7 Junio, 2009
La Crónica
El rey Juan II concedió ayer levantar el Passo en un novedoso acto.
 Con la argolla de hierro al cuello como símbolo de su prisión de amor,
el caballero Don Suero de Quiñones se presentó en la tarde de ayer ante
al rey Juan II junto a sus nueve mantenedores para pedir el
levantamiento del Passo en Hospital de Órbigo. El monarca concedió la
petición a través de la cual deberán romper 300 lanzas contra los
retadores.
Así, cada caballero que quiera cruzar el puente deberá batirse en duelo
con Don Suero o cualquiera de sus acompañantes, significando que
ofrecen batalla con la entregade una espuela en el caso de los hombres
y de un guante en el de las damas. Sin embargo, la lucha aún no ha
comenzado, lo hará esta tarde en el palenque, donde el famoso caballero
deberá demostrar el amor que siente por su Leonor.
Paseando en la historia, en esa historia que ha marcado el legado de
esta localidad, se encuentra Hospital de Órbigo, donde ni siquiera la
lluvia ha dormido la ilusión de sus habitantes y visitantes por vivir
una de las recreaciones más importantes de la provincia. La Edad Media
se ha apoderado del pueblo llenándolo de cortesanos y cortesanas que
ambientan con alegría esta celebración.
Desde media mañana la actividad fluía por las principales calles, por
las que no dudaron en pasear familias reales, matasanos y espadachines
invitando a los viandantes a formar parte de los festejos. Reinas,
reyes, príncipes o duendes; nada faltaba en la representación que los
grupos de teatro de calle llevaron a cabo durante toda la jornada
atrayendo las miradas de las personas que disfrutaban del mercado.Sin
embargo, fue la representación histórica ‘Por ay van al Passo’ la que
centró el programa de ayer.
Se trataba de la primera vez que se llevaba a cabo y su objetivo era el
de ubicar históricamente el gran duelo en el palenque de esta tarde,
proporcionando así también una mayor y mejor oferta de ocio. Trapecio
de telas, procesión de antorchas o la representación del Sueño del
Órbigo en el Puente Romano o la tradicional cena medieval fueron
algunos de los actos que marcaron la jornada de ayer y que abrieron
boca para la que comienza hoy.
A lo largo de estos dos días son más de 200 personas de Hospital las
que cambian sus vestimentas habituales por vestidos de época o
armaduras, aunque la pasión por esta época se extiende más allá de los
muros de la localidad ya que, según datos de la organización, son entre
1.000 y 1.500 personas las que, no siendo de allí, participan de la
fiesta con ropajes medievales.
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admin*
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